"Las lagrimas del cocodrilo" di Ercole Bonjean

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Las lagrimas del cocodrilo

Las lágrimas del cocodrilo corren como cascadas en las aguas del gran río. La luna observa y se ríe. Pide un poco de luz al sol que está en las sombras y fotografía la imagen. El cocodrilo llora, llora por la pequeña gacela frágil que corría feliz entra las orillas del río. No correrá más ahora, ya no podrá más alimentarse de la hierba sabrosa que crece cerca de las aguas del gran río. En este pensamiento las lágrimas aumentan junto con el dolor y la tristeza infinita por estos instantes de maldad. La cara amarilla desaparece en la oscuridad del cielo, se siente aún más solo. Por último pierde la conciencia y llega el sueño libertador. Duerme durante unas horas, lo despierta un débil rayo de luz. Empieza el viaje del amanecer. La primera sensación es la de un gran vacío. Su amigo estomago quejase cada vez más y pide de ser llenado. Come todas las mañanas, no hay ningún modo de decir no a este señal; entra en la parte más gruesa del arbusto que está cerca del río. Espera. Aquí es que tiende la boca enorme hacia el azul del cielo, mientras la salive corre generosamente entre dos filas magnificas de dientes afilados y fuertes. Ahora está listo para saltar, ¡Que hermosa que es la tierna gacela! Él sube y baja, el estomago está en silencio. 

El amanecer termina su viaje, estamos a plena luz del día. El cocodrilo está dormido. Abre los ojos en la oscuridad de la noche.  Está triste; entra lentamente en las aguas del río que le dan la bienvenida y le consuelan.  Llora y recuerda la tierna y joven gacela, qué feliz probaba la hierba sabrosa. No sabe cómo encontrar la paz y sufre, sufre por la maldad que tiene dentro. Finalmente, cansado, agotado por las emociones del día, se queda dormido.  La manta calienta de agua y lodo lo envuelve. La luna observa y se ríe.

Ercole Bonjean ©

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